Cuando observamos que nuestro hijo es muy nervioso, y no presta la atención suficiente a las tareas que realiza o a lo que se le dice, debemos tener en cuenta una serie de recomendaciones, que nos ayudará a que mejore su comportamiento al realizar tareas y con los demás.
- Debemos hablarles con claridad, de forma directa y mirándolos a los ojos.
- Las instrucciones deben ser cortas y concretas.
- Reforzar las conductas positivas.
- Establecer normas de disciplina explícitas, claras y comprensibles para los hijos.
- Las estrategias utilizadas y las normas deben ser siempre las mismas, al igual que las consecuencias que conllevan los malos comportamientos.
- Exponer claramente las consecuencias del mal comportamiento y, ser pertinente y coherente en su aplicación.
- Utilizar más la RECOMPENSA que el castigo.
- Establecer unas rutinas y un horario estable.
- Presentar las tareas de forma novedosa, atractiva, motivadora, utilizando colores, pegatinas, dibujos...
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