RUTINAS PARA DORMIR
A dormir también se aprende de la misma
manera que aprendemos a caminar o comer. Y como ocurre al principio de cada
aprendizaje de los bebés, hacerlo con soltura costará menos o más a los padres.
En los primeros meses de vida del bebé, y hasta que él adquiera
hábitos de sueño adecuados a su edad, los padres serán los que determinarán su
rutina de sueño. Aunque al principio pueda parecer una misión imposible,
establecer rutinas del sueño en el primer año del bebé es cuestión
de paciencia y perseverancia.
Mes a mes, el sueño del bebé va
adquiriendo hábitos que, si están bien orientados, pueden ayudarle a dormir
mejor y más adecuadamente.
El sueño de un bebé recién nacido
Por lo general, los recién nacidos suelen
dormir de 15 a 17 horas al día y despertar a cada 2 o 3 horas para comer. Poco
a poco, este tiempo se va aumentando. A partir de los dos meses de nacido, los
bebés empiezan a dormir más por la noche y a los 3 o 4 meses, casi todos consiguen
dormir 5 horas seguidas.
Entre los 4 y los 6 meses de edad es
el momento recomendado para empezar a introducir una rutina de sueño. Durante el día el bebé ya estará más
despierto, se comunica, y ya intuye algo de la rutina que le imponen sus
padres. En esta etapa es importante:
1. Que el bebé sepa que la noche es oscura y silenciosa, y que
el día es claro y ruidoso.
2. Establecer un horario fijo para el
baño, antes de la última toma de leche del día. El bebé necesita sentir que después del baño, le tocará a alimentarse, y luego a dormir.
Si se cumple con estos hábitos, el bebé responderá positivamente.
3. Que el bebé lleve ropa adecuada para dormir. Pijama holgado y
de acuerdo con la temperatura ambiente.
4. Que el bebé aprenda a conciliar el sueño en su cuna y no en
los brazos de sus padres.
5. Que se atienda al bebé cuando llore. Que se sienta seguro.
El sueño de un bebé de 6 a 12 meses
Por lo general, a partir de los 6 o 7 meses, los bebés duermen de 11 a 12 horas al día, más una siesta de una o
dos horas. Sus ciclos de sueño se van pareciendo más a los de los adultos. Si
todavía el bebé no consigue dormirse solo, éste puede ser un momento idóneo
para que los padres pongan en práctica algunas reglas:
1. Utilizar los cuentos infantiles para
ayudar a los niños a dormir en su cuna, es un buen hábito a considerar. A estas
edades, les encantará estar su propia cuna, con tal de que les cuenten
historias o estén o ratito con ellos. Hay cuentos cortos y breves, muy
adecuados para esta etapa.
2. Las canciones infantiles puede
ser un recurso muy favorable. Tras cantarle algo, se debe despedir del bebé y
salir de su cuarto.
3. Un recurso muy positivo para
evitar que el bebé llore al despertarse cuando se encuentre solo por la noche,
es regalarle un “amiguito”, que puede ser un muñeco, un peluche o algún
juguete con el que se sienta acompañado y seguro.
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